Mi biblioteca - Manu

Mi primera aproximación a la literatura como adicción fue a través de Agatha Christie, específicamente la colección de Hércules Poirot. En total la autora escribió (y publicó en vida) 33 novelas con este personaje. Si bien no leí todo adquirí la costumbre de entrar a las librerías de usados sólo para ver si encontraba alguna de las piezas faltantes de este rompe-cabezas. En su momento me re impresionó, porque no era asidua lectora, no leía por placer y me costó muchísimo tanto aprender a leer como a escribir (conservo el mambo), a pesar de los diversos intentos de mis viejos. Lo entendí como una excepción a mi regla. Pero en tercero del secundario conocí a Puig y de ahí, no hubo vuelta atrás.

En este post, el más personal hasta ahora, solo voy a mostrar la parte de la biblioteca más cercana. Realmente por cuestiones de espacio mis libros están distribuidos por el cuarto sin un orden claro o reconocible, aunque para mí mantengan sentido. Es más parecido a un gabinete de curiosidades, un proto museo de libros esparcidos, a arquitecturas tambaleantes que a otra cosa. Así como a las plantas hay que respetar el lugar en donde decidieron caer. Me justifico.

Tengo muchísimos pendientes por ese nuevo impulso descubierto en la adolescencia, de géneros y temas tan diversos que van desde la sociología a la moda. Algunos intereses perduraron más que otros y ahora después de la experiencia encontré cierto criterio, que de vez en cuando dejo volar por las recomendaciones de amigues. Me encanta cuando los libros llegan a la vida y hacen nido sin ser llamados. Me pasó cuando le regalaron a mi mamá la edición de Pequeñas virtudes de Natalia Ginzburg, o lo mismo con Delphine Devigan, Nada se opone a la noche. Soy proclive al pensamiento mágico, perdón. Por otro lado, Intagram y esta misma cuenta me ayudaron a encontrar nuevas editoriales y autores geniales, aunque me arrastre el afán consumista de las novedades, que cuesta mantener a raya.

No les miento cuando les digo que me cuesta soltar cuando tengo también una gran variedad de recortes de diarios, postcards, tickets, señaladores y suplementos enteros. A su vez, conservo algunas herencias de abuelos que mantienen el lazo vivo aunque ya no estén aquí.

La máquina de escribir del abuelo; libro de Katherine Mansfield de la abuela


Así como una creciente colección de libros de arte y muestras, bellezas puras. Y ejemplares del hermoso mundo de la historieta y la novela gráfica que nutren mis declinaciones visuales.

Sukermercado; Pablo de Santis + Max Cachimba; Juanjo Sáez; el gato, Garfield.


Me muevo más por el gusto esporádico, así que con la excepción de Christie no tengo autores favoritos, géneros o movimientos predilectos, aunque sí libros-salvavidas que releo de apartes cuando lo necesito y que van cambiando con mi humor. Pero para nombrar nomás: Puig, Banana Yoshimoto, Romina Paula, Lemebel, Hebe Huart (para alegrar todo corazón triste) son imprescindibles. Y ahora estoy incursionando en los clásicos como Tolstói. A principio de año leí Anna Karennina que me voló la cabeza.

Quisiera abrir otro punto ya que estamos, habiendo comenzado esta semana con el paro nacional de mujeres, me permito compartirles mi relación con el feminismo o cómo esta parte de la biblioteca empezó. Ahí lejos por la primaria, a raíz de una encuesta bastante tendenciosa que estoy segura hoy no podría salir a la luz (iba más o menos con la idea de cuál es tu referencia o ídolo a seguir), me encontré con la figura de Frida Khalo (ahora con mucho marketing encima). No la conocía pero por supuesto su historia es por más interesante y me quede con la intriga de esas mujeres invisibilizadas. Mi primer instinto fue buscar por internet y se desplegaron entradas que se extendían por miles de posibilidades, que nombraban a Marie Curie, Coco Chanel y Rosa Luxemburgo. Qué hacer con todo ese acervo de información tan heterogénea? Sus renombre, y logros debían tomarse del mismo modo? Incluso cuando se sabían enfrentadas? De allí habría que crear un catálogo y un modo de clasificación. Listas interminables de astronautas y físicas rusas poblaban la computadora. El viaje nació con la vidas de estas personalidades y me fui haciendo de biografías, como la de Rosa Montero que después darían lugar a otras más académicas como Mujeres fuera de quicio, una compilación de ensayos. Me aferro a esas historias, arraigadas en otros tiempos y lugares que cambiaron sin querer el curso del mundo.



Espero que algo de esto les haya gustado y resonado de algún modo con su propia biblioteca, por mi parte fue muy difícil encarar este tema, porque hay muchos vertientes por donde entrar, la biblioteca como archivo, como huella de nosotros, como acervo bibliográfico (hay toda una carrera de esto!), en fin… Les dejo algunas citas que me guiaron en este proceso:

Frase

George Perec: Así, una cierta historia de mis gustos, (su permanencia, su evolución, sus fases) se inscribirá en este proyecto con mayor precisión, se tratará una vez más de un modo de delimitar mi espacio, de una aproximación algo oblicua a mi práctica cotidiana, un modo de hablar de mi trabajo, mi historia, mis preocupaciones, un esfuerzo para asir algo que pertenece a mi experiencia, no en el nivel de sus reflejos lejanos, sino en el corazón de su emergencia.

Ricardo Piglia: La pregunta "qué es el lector" es también la pregunta sobre cómo le llegan los libros al que lee, cómo se narra la entrada en los textos. Libros encontrados, prestados, robados heredados, saqueados por los indios, salvados del naufragio (como el ejemplar de la Biblia y los libros en portugués de Crusoe -ya sabemos que ha vivido unos años en Brasil- rescata entre los restos del barco hundido y se lleva a la isla desierta), libros que se alejan y se pierden en la llanura.


Comentarios

  1. ¡Hola Manu!
    Ay, me encanta leer este tipo de entradas, me re mueve saber qué mueve, valga la redundancia, la lectura de otras personas. Es más, quizás les pida prestada la idea para un futuro no tan lejano.
    Qué lindo ver no solo tu recorrido por tu biblioteca sino también por tu forma de lectura. Yo me tendría que pensar a sentar en esas cosas para contarte mi experiencia: lo único que tengo claro es que mis libros los tengo ordenados por editoriales y dentro de ellas por sellos, ya que facilita mi trabajo. También soy consciente de que la mayoría es de literatura juvenil, que es a lo que me dedico, pero tengo también clásicos, algunas cosas medio del under y, como vos, un montonazo de libros de cosas que me interesaron-interesan y que pienso leer apenas pueda. Entre ellas, un libro de enseñanza de Astronomía aplicado a las aulas y un ensayo sobre la exploración del mar con fotos de criaturas extrañas (nada que ver, estudié Comunicación, pero son dos carreras que me hubiese gustado hacer).
    Gracias por dejarnos entrar a tu biblioteca ❤️
    Beso 🥰

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    Respuestas
    1. ¡Hola Flor!
      Que bueno que te haya gustado! y obvio estás más que invitada a seguir con la propuesta (espero leerte pronto). Tremendos esos pendientes y sus disciplinas. Me parece genial nutrir la biblioteca (y también a nosotros) de lecturas diversas, y no siempre quedarnos en el lugar cómodo. Además de conocimiento, las propuestas de divulgación científica generan nuevas miradas y muchísimas dudas. La cantidad de cosas que se descubrieron y todavía faltan por descubrir (fanática de la serie "Cosmos" jajaja). Justamente este es el momento para achicar la pila.
      Muchas gracias por tu comentario. Besos!

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