Regalemos libros

Diciembre ya está entre nosotrxs. Y con él, además del calor zumbante y el correr vertiginoso de los días frente a la proximidad de fin de año, llegan las vacaciones, el cobro del aguinaldo, los presentes navideños y los automimos. Por eso, hoy traemos algunas opciones de hermosos libros, ideales para (auto)regalar, en un abanico amplísimo de intereses y costos.

Ilustrados. Para quienes tienen una perdición por el goce estético, nada mejor que páginas plagadas de minuciosas ilustraciones. Recomendamos enfáticamente: cualquier título de Liniers (su clásica tira Macanudo, el brevísimo cuento Lo que hay antes de que haya algo o la historia inocente y emotiva de Los sábados son como un gran globo rojo) por su humor sarcástico y los garabatos creativos de su lápiz; novelas gráficas como La cazadora de libros de Pablo de Santis y Max Cachimba o Noticias de pintores de María Luque; la cuidada y tétrica edición realizada por Libros del Zorro Rojo de La condesa sangrienta (cuya reseña encuentran en nuestro blog); y, a pesar de sus precios elevados, las bellísimas obras de arte libresco de Benjamin Lacombe (entre las que se destacan Madama Butterfly, Los amantes mariposa y María Antonieta).

Libros-objeto. Muchxs de lxs que amamos la literatura tendemos a desarrollar cierto fetiche por el libro en sí, en tanto objeto a contemplar y disfrutar. Si te contás dentro de este espectro, te sugerimos tres joyitas imperdibles: la propuesta lúdica en dos plantas de Último round de Cortázar, de la mano de la Editorial RM (para la que hay que hacer una importante inversión de capital); la edición pop-up que nos ofrece Salamandra de un clásico de todos los tiempos, El principito; o el recorte precioso de Alicia en el país de las maravillas en el formato carrusel llevada adelante por la editorial Edelvives que nos permite volver a nuestra infancia.

Clásicos. El verano trae consigo el descanso, el ocio y la relajación de todas nuestras tensiones y preocupaciones. Este es el momento ideal, entonces, para entregarnos y zambullirnos completamente entre las líneas de algún buen clásico literario. Las tramas policiales suelen ser buenas acompañantes (alguno de los tomos de Agatha Christie o Conan Doyle, por ejemplo); o bien, si contamos con más tiempo y atención, profundas novelas de considerable extensión que sabemos que no podremos leer en otra oportunidad a lo largo del año, como la bellísima Madame Bovary de Flaubert, la inolvidable Moby Dick de Melville o el emotivo trabajo de Jane Austen en Orgullo y prejuicio.

Narrativa contemporánea. Si la contemporaneidad te interpela, te sugerimos las producciones de cuatro narradoras argentinas que problematizan y entablan un polémico diálogo con su presente: la potencia de la pluma de Samanta Schweblin en Siete casas vacías, Distancia de rescate o Pájaros en la boca; Mariana Enríquez y su construcción de un universo pesadillesco en Las cosas que perdimos en el fuego; el trabajo magistral con la oralidad de Selva Almada en Chicas muertas y El desapego es una manera de querernos (que ya hemos reseñado); por último, Gabriela Cabezón Cámara con una mirada incisiva y un tono característicamente irónico y provocador en Las aventuras de la China Iron y La Virgen Cabeza.

Poesía. No podríamos finalizar esta serie de recomendaciones sin antes mencionar algunas propuestas para los amantes del verso. ¿Qué títulos o autorxs sugerimos? Banalidades del poeta esloveno Brane Mozetič, plagado de cuerpos deseantes, editado por Gog y Magog; la belleza de la cadencia de Elvira Sastre en Aquella orilla nuestra; el maravilloso trabajo de compilación por parte de La flauta mágica de los Poemas completos de Perlongher, cuyo encabalgamiento exacerbado y sobresaturación no dejan de sorprendernos; Aquí dentro siempre llueve de Chris Pueyo y Murciélagos al atardecer de Xi Chuan, de los cuales, si les interesan, pueden encontrar reseñas en nuestro blog.



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