Mi biblioteca | Cami

Mi biblioteca no es muy grande, pero tampoco muy pequeña. Comencé a construirla en el año 2013 luego de leer Los Juegos del Hambre y enamorarme por completo de la lectura por placer. Por aquel entonces los libros no eran muy caros y podía permitirme comprar dos o tres títulos por mes, así que se podría decir que mi biblioteca comenzó a crecer rápidamente. De un simple estante, pasó a ser un mueble con un tamaño considerable (y, sobre todo, difícil de limpiar jaja). Mis primeros libros fueron la trilogía de Suzanne Collins, y luego todo se descontroló: Bajo la misma estrella, Eleanor & Park, Divergente, Las ventajas de ser invisible y algunos títulos de Danielle Steel fueron los primeros en llegar. Mi mente navegaba siempre por los mismos tipos de libros, drama, romance juvenil y distopía. Con el tiempo, y con ayuda de las librerías de saldo que me permitían comprar a precios muy bajos, comencé a consumir otro tipo de géneros, como el suspenso y la novela histórica (hoy, mis dos géneros favoritos). No tengo libros heredados, aunque me gustaría.



Mis tres funkos custodiando mi saga de Harry Potter


Algo muy especial de mi biblioteca son los adornos traídos de distintos viajes (adquisición propia o regalados) y mi sector de “aromaterapia”, que reúne distintas velas, sahumerios y aceites esenciales que me gusta oler mientras leo.

Edición especial de la trilogía The Hunger Games


En el 2016 mi mente no pensaba más que en comprar y comprar. Las Ferias del Libro y las librerías eran mi perdición. Se podría decir perfectamente que compraba más de lo que podía leer, y eso comenzó a angustiarme. Me encontré en el 2018 con más de 170 libros en mi biblioteca, muchos de ellos estancados hace años sin haberse ni siquiera tocado, y sin tiempo para ponerme al día con todos. Incluso, había olvidado de qué trataban algunos ya que había comprado por comprar sin pensar demasiado.

Mi pequeña colección de libros clásicos


Este último año fue decisivo, y comencé así mi etapa de “limpieza”. No fue (y es) un proceso fácil, amo los libros y con muchos de ellos tengo un apego importante, pero entiendo que hay veces que hay que dejar ir las cosas y que otra persona les saque más provecho. De nada sirve tener un libro que apenas te acordas su trama, o que directamente no te gustó, juntando polvo.

Algunos de mis libros de suspenso y thriller


Termino el año con muchos libros menos. Pude seleccionar aquellas historias que realmente quiero conservar y me despedí de aquellos que ya cumplieron su ciclo conmigo (por más de que tengan una edición preciosa). Pude pensar antes de comprar, investigar, leer reseñas y no dejarme llevar por la edición o porque estaba de moda. Se podría decir que, si bien mi biblioteca se está achicando, también se está amoldando a mí y me genera un poco más de tranquilidad y felicidad verla. No es importante la cantidad, sino el contenido y darle el lugar que merece cada historia.



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